A menudo, cuando pensamos en "cultura", nuestra mente evoca imágenes de museos, óperas, literatura clásica o filosofía académica. Es lo que se conoce como la "alta cultura", un conjunto de expresiones artísticas e intelectuales asociadas a las élites y a la tradición canónica. Sin embargo, la mayor parte de nuestra vida cotidiana está inmersa en un universo cultural mucho más vasto, vibrante y, a menudo, subestimado: la cultura popular. Es la música que escuchamos en el bus, los memes que compartimos en WhatsApp, las series que maratoneamos en Netflix, la comida que preparamos los domingos y las historias que nos contamos en la calle.
Lejos de ser un simple entretenimiento trivial, la cultura popular es el espejo y el motor de la sociedad. Es el campo de batalla donde se negocian las identidades, se expresan las resistencias y se construye el sentido común. Entenderla no es un pasatiempo, es una necesidad para comprender el mundo en que vivimos. En la UAO, nuestra Maestría en Estudios Culturales está diseñada precisamente para dar las herramientas críticas y analíticas para descifrar este complejo tejido. ¿Te interesa? Continuemos.
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Desentrañando el concepto: qué es cultura popular
Definir la cultura popular no es tarea fácil, ya que el término ha evolucionado y es objeto de constante debate académico. Sin embargo, podemos entenderla a través de tres lentes principales:
- Cultura "del pueblo" (el enfoque folclórico): esta es la visión más tradicional. Aquí, la cultura popular se refiere a las manifestaciones auténticas y orgánicas de las clases populares: el folclor, las leyendas, la artesanía, las fiestas patronales. Es la cultura que emana "desde abajo", en oposición a la cultura impuesta "desde arriba" por las élites. En Colombia, un claro ejemplo sería el Carnaval de Barranquilla o las tradiciones del silletero en Antioquia.
- Cultura de masas (el enfoque de la industria cultural): con la llegada de los medios de comunicación masiva en el siglo XX, la cultura popular también pasó a definirse como aquellos productos culturales creados y distribuidos a gran escala por industrias con fines comerciales: el cine de Hollywood, la música pop, los best-sellers, la televisión. Esta visión, a menudo asociada a la Escuela de Frankfurt, tiende a verla como una forma de entretenimiento estandarizado que pacifica a las masas.
- Cultura como campo de lucha (el enfoque de los estudios culturales): esta es la visión más moderna y compleja, liderada por pensadores como Stuart Hall. Aquí, la cultura popular no es ni puramente auténtica ni puramente impuesta. Es un terreno de negociación, un "campo de batalla" donde los significados son disputados. La gente común no consume pasivamente los productos de la industria cultural; los toma, los reinterpreta, los resignifica y, a menudo, los utiliza para expresar su propia identidad y resistencia. Un meme que se burla de un político o una canción de reguetón que se convierte en un himno de protesta son ejemplos perfectos de esta dinámica.
El programa de la UAO se sitúa en esta tercera perspectiva, entendiendo la cultura popular como un espacio dinámico de poder y significado.
La importancia de la cultura popular: más allá del entretenimiento
Desestimar la cultura popular como algo "inferior" o "trivial" es cometer un grave error de análisis. Su importancia radica en que es el tejido conectivo de la sociedad, el lugar donde realmente "pasan cosas".
La importancia de la cultura popular reside, en primer lugar, en su capacidad para reflejar los valores, ansiedades, miedos y deseos de una sociedad en un momento determinado. ¿Quieres entender las tensiones raciales en Estados Unidos? Analiza el hip-hop. ¿Quieres comprender los cambios en los roles de género en Colombia? Mira las telenovelas de las últimas tres décadas. ¿Quieres saber qué preocupa a los jóvenes? Explora los trends de TikTok. La cultura popular es un barómetro social mucho más sensible y rápido que cualquier encuesta o censo.
Ser hincha de un equipo de fútbol, pertenecer a una subcultura urbana, compartir un gusto por un género musical o usar una jerga particular son formas en que construimos nuestra identidad y nuestro sentido de pertenencia a una comunidad. La cultura popular nos proporciona los símbolos, los rituales y los lenguajes a través de los cuales decimos "yo soy esto" y "nosotros somos esto". En un país tan diverso como Colombia, con sus múltiples identidades regionales, la cultura popular es el mosaico que nos permite celebrar tanto nuestras diferencias como lo que nos une.
La cultura popular no solo refleja el poder, también lo desafía. A menudo, es el único espacio donde los grupos marginados pueden hacer oír su voz y subvertir los discursos dominantes. El punk en los 70 no era solo música; era una protesta contra el sistema. El grafiti en las ciudades no es solo vandalismo; es una reapropiación del espacio público. El humor y la sátira popular son herramientas increíblemente poderosas para criticar a los poderosos y exponer las contradicciones de la sociedad.
No podemos ignorar que la cultura popular es también una industria masiva. Las llamadas "industrias creativas y culturales" (música, cine, videojuegos, diseño, editorial) son un sector cada vez más importante de la economía global. Según un informe de la UNESCO, este sector genera miles de millones de dólares y emplea a más jóvenes que cualquier otro. Entender las lógicas de producción, distribución y consumo de la cultura popular es, por tanto, clave para el desarrollo económico. La pregunta sobre qué es la gestión cultural se vuelve fundamental aquí: es la disciplina que permite que estas expresiones creativas se conviertan en proyectos sostenibles que generen tanto valor cultural como económico.
Analizando la cultura popular: las herramientas de los estudios culturales
Estudiar la cultura popular de manera rigurosa requiere de un enfoque interdisciplinario. No basta con ser un fan; hay que ser un analista crítico. Aquí es donde se demuestra para qué sirven los estudios culturales: nos dan las herramientas para "leer" la cultura como un texto y descifrar sus significados ocultos.
Un investigador en estudios culturales no solo ve una telenovela; analiza cómo representa a las clases sociales, qué roles de género perpetúa o desafía, y cómo la audiencia en diferentes regiones interpreta la misma historia. Para ello, se utilizan diversas metodologías de investigación para los estudios culturales, como:
- Análisis del discurso: para estudiar cómo el lenguaje construye realidades y relaciones de poder.
- Etnografía: Para observar y participar en una comunidad y entender sus prácticas culturales desde adentro.
- Análisis semiótico: para descifrar los significados de los signos y símbolos en un producto cultural.
- Estudios de recepción: para analizar no solo el producto, sino cómo las audiencias lo interpretan y le dan sentido.
El caso colombiano: una explosión de diversidad popular
La cultura popular colombiana es un ejemplo perfecto de esta riqueza y complejidad. No existe una sola, sino múltiples culturas populares que conviven se mezclan y a veces chocan.
- La cultura popular regional: desde el vallenato de la costa Caribe, que narra las sagas de la vida cotidiana, hasta la cultura cafetera de Antioquia y el Eje Cafetero, o las tradiciones del Pacífico con su música de marimba. Cada región tiene un universo simbólico propio.
- La cultura popular urbana: ciudades como Bogotá, Medellín y Cali son laboratorios de hibridación cultural. Aquí conviven el rock, el hip-hop, la salsa, la cumbia y las nuevas músicas electrónicas. Surgen "tribus urbanas", nuevas jergas y formas de expresión artística como el grafiti y el performance callejero.
- La cultura popular y el conflicto: durante décadas, la cultura popular ha sido un espacio para procesar el trauma del conflicto armado. La música de protesta, el cine documental, el teatro comunitario y los "cantos de memoria" son formas en que las comunidades han resistido y contado su propia versión de la historia, a menudo silenciada por los discursos oficiales.
- La cultura popular digital: Colombia es uno de los países más activos en redes sociales de la región. Influencers, youtubers, y creadores de contenido en TikTok se han convertido en nuevos y poderosos actores culturales, capaces de moldear opiniones, lanzar tendencias y crear nuevas comunidades virtuales.
La importancia de tomarse en serio lo popular
La cultura popular no es el hermano menor y frívolo de la "alta cultura". Es el corazón vibrante de la vida social. Es el lugar donde se forja nuestra identidad, se negocia el poder y se imagina el futuro. Estudiarla de manera crítica y profunda no es solo un ejercicio intelectual fascinante; es una herramienta indispensable para cualquier profesional que quiera entender y transformar la sociedad: desde el comunicador y el marketero que necesita conectar con su audiencia, hasta el gestor público que diseña políticas culturales, o el educador que busca que su pedagogía sea relevante.
En la UAO hemos creado la Maestría en Estudios Culturales precisamente para formar a estos analistas críticos. Te damos las herramientas teóricas y metodológicas para que dejes de ser un simple consumidor de cultura y te conviertas en un intérprete experto de sus significados.
Si sientes la pasión por descifrar el mundo que te rodea, te invitamos a explorar nuestro programa y a unirte a una comunidad de pensadores que se toman en serio el poder de lo popular.